Cáncer de piel y melanoma

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La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo y su función es protegernos de las agresiones externas. Al ser nuestro “envoltorio” está permanentemente expuesto a elementos ambientales  que pueden ser dañinos, entre ellos, el más peligroso, el sol. El sol agrede nuestra piel y, contrariamente a la moda, debemos protegernos contra él: el bronceado no es saludable. Por lo general, es síntoma de una piel agredida. Pero el astro Rey nos da energía y tenemos que aprender a convivir con él.

El daño más grave que causa el sol en nuestra piel es el cáncer de piel. Te apuntamos las claves de este tumor para ayudarte a prevenirlo, si quieres saber más tenemos una noticia sobre la radioterapia y el sol.

Además de los antecedentes familiares en el caso del melanoma, el principal factor de riesgo para sufrir un cáncer en la piel es la exposición intensa e intermitente a la radiación solar, especialmente si se ha sufrido una quemadura grave antes de los 18 años, y el uso de lámparas de bronceado.

El cáncer de piel es el tumor más frecuente. Su incidencia se duplica cada 10 años en las últimas décadas por la moda del bronceado. En España se diagnostican 3.200 nuevos casos al año, el principal factor de riesgo es el sol y este riesgo es acumulativo toda la vida, de ahí la preocupación por el hecho de que los jóvenes sean el grupo que más riesgo asumen a la hora de exponerse al sol.

Melanoma

Aunque el más conocido es el melanoma, el cáncer de piel es –como en otros tumores- un conjunto de enfermedades que, en este caso, toman su nombre de las células de la piel en la que se originan. Por lo tanto, esta es la primera diferencia: de los tres tipos más comunes de cáncer de piel, el melanoma se origina en los melanocitos, que son las células que producen los pigmentos de la piel y son responsables de los lunares. El melanoma se manifiesta mediante manchas en la piel – de ahí la importancia de saber distinguir entre un lunar sano y un lunar sospechoso-, es el menos frecuente (representa el 1% de los cánceres de piel), dos tercios de los casos tienen su origen en una exposición excesiva al sol y si se detecta a tiempo suele responder bien al tratamiento.

Puede manifestare en uno o más lunares al mismo tiempo en zonas no necesariamente expuestas al sol, por lo que es muy importante realizar un seguimiento de los lunares por lo menos una vez al año, teniendo en cuenta que cuantos más lunares tenemos, mayor riesgo de desarrollar un melanoma. También tenemos más riesgo si el padre, la madre o un hermano han tenido ya la enfermedad.

En fases avanzadas, se disemina y su tratamiento es más complejo.

Cáncer de piel no melanoma

En este grupo tenemos dos tipos de cáncer de piel: el que se origina en las células escamosas (carcinoma espinocelular) y el que se origina en las células basales (carcinoma basocelular). Estos dos tipos suelen responder bastante bien a tratamiento y se diseminan en pocos casos.

El carcinoma basocelular es el más frecuente de los cánceres de piel y el tumor más frecuente en el hombre, suele darse en personas mayores –a partir de 60 años- y no se disemina. Las lesiones aparecen en las zonas que han estado expuestas al sol y tienen que extirparse, de lo contrario pueden afectar a otras capas de la piel y extenderse.

El carcinoma espinocelular afecta a las células escamosas y se manifiesta en zonas muy expuestas al sol como la cara, orejas, labios, dorso de las manos… Suele crecer en cicatrices y en lesiones precancerosas (queratosis actínica). Es más grave que el basocelular porque, al crecer en las capas más profundas de la piel, puede diseminarse y afectar a los ganglios y otros órganos, dificultando el tratamiento.

A diferencia de otros tumores, el cáncer de piel puede evitarse en la práctica totalidad de los casos:

  • Evita la exposición directa al sol entre las 12 y las 17h
  • Usa un factor de protección solar adecuado a tu tipo de piel y ante la duda elige siempre el más alto
  • No hagas uso de las lámparas de bronceado.

Hay otros tipos de cáncer de piel, no relacionados con la exposición al sol y apenas representan el 1% de estos tumores.

Dr. Pedro Aramburo
Oncología Médica