El cuidado del paciente de radioterapia y el sol

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La Radioterapia es un tratamiento que recibe el 60% de los pacientes con cáncer que suscita muchos temores por el gran desconocimiento que hay sobre cómo actúa sobre la enfermedad. A diferencia de otros tratamientos más conocidos –como la cirugía y la quimioterapia-, la radioterapia no se ve, no se oye, no duele… pero actúa de forma muy eficaz contra los tumores hasta hacerlos desaparecer. La administración del tratamiento consiste en la focalización, por medio de distintas técnicas, de un haz de radiación cuya misión es destruir las células malignas que han dado lugar al tumor para reducir su tamaño y evitar su crecimiento.

La evolución de la tecnología en los últimos años ha dado lugar a aceleradores lineales de última generación que administran cada vez mayores concentraciones de radiación en menor tiempo con mayor comodidad para el paciente y una precisión y eficacia no conocidas hasta hoy, como el True Beam STx con Tecnología Novalis de iTAcC y esto hace que algunos pacientes tengan la impresión de que no les hemos ‘quitado’ nada, cuando lo cierto es que sí, y conseguimos tratar tumores que con cirugía no eran abordables.

Aunque estos aceleradores han conseguido reducir -hasta hacer prácticamente imperceptibles- los efectos secundarios sobre los tejidos sanos, la radioterapia externa sigue produciendo alteraciones en las capas de la piel que pueden verse agravadas con el calor y con el sol. El paciente en tratamiento de radioterapia debe evitar la exposición directa al sol hasta un año después de haber finalizado el tratamiento, porque la piel de la zona tratada queda muy sensibilizada y es importante evitar daños que pueden provocar mucha incomodidad en el paciente con cuadros de irritación, conocidos como “’efecto rellamada’ y que produce la misma sensación que la irritación que experimenta la piel durante el tratamiento con radioterapia.

Además, la exposición al sol de la zona tratada provoca un efecto aumentado de fotoenvejecimiento –envejecimiento prematuro de esa zona de la piel por el efecto de la radiación solar- y, la consecuencia más grave de todas: el efecto carcinogénico que en pacientes que han recibido radioterapia puede estar aumentado por la especial sensibilización de la piel tras el tratamiento.

El objetivo es que el paciente –especialmente el que ha finalizado ya el tratamiento- pueda disfrutar de sus vacaciones y de su rutina habitual con normalidad, pero con ciertas precauciones.

Decálogo de iTAcC para hacer frente al sol para el paciente tratado con radioterapia:

  1. Evite la exposición directa al sol de la zona tratada
  2. Manténgase a la sombra y aplíquese Factor de Protección (SPF) 50+
  3. Evite el sol en las horas centrales del día (12-17h) en las que la radiación solar es más intensa
  4. Cúbrase la cabeza, vista prendas cómodas y holgadas de algodón y lino para facilitar la transpiración
  5. Mantenga la piel hidratada e hidrátese bebiendo abundante líquido.
  6. Mantenga una dieta equilibrada que combine todo tipo de alimentos, para evitar carencias.
  7. Coma en pequeñas cantidades 5 ó 6 veces al día.
  8. Si está inapetente, coma lo que le apetece o más le gusta en los momentos en los que tiene hambre o se encuentra mejor.
  9. Tome alimentos ricos en carotenos (zanahorias, verduras)
  10. Mantenga los mismos cuidados sobre la zona tratada que le indicaron durante el tratamiento (higiene regular con jabón neutro, secado suave e hidratación adecuada).
Oncología Radioterápica