Cuatro momentos clave en el origen de la radioterapia

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A pesar de que más de la mitad de los pacientes con diagnóstico de cáncer reciben alguna clase de radioterapia, es uno de los tratamientos más desconocidos. Incluso, también quienes sufren un tumor y van a recibir radioterapia pueden no saber la historia que hay detrás de este tratamiento que salva vidas y/o reduce tumores, dolores y síntomas.

Hay investigadores que apuntan a la posibilidad de que la radioterapia ya se empleara de alguna manera en la antigüedad, más concretamente en la época sumeria (entre los años 3.500 y 2.350 antes de Cristo). En concreto, se refieren a una tablilla encontrada en la ciudad de Nippur en la que un poema épico titulado ‘El descenso de Inanna al Inframundo’ incluye una imagen de un paciente que parece que está siendo tratado con radiaciones.

 

En todo caso, ante la imposibilidad de descifrar claramente qué significa esa imagen, aquí resumimos cuatro momentos clave de la historia de la radioterapia:

  • En diciembre de 1895, los rayos X. El físico alemán Wilhelm Konrad von Roentgen descubrió las radiaciones ionizantes que se emplean en medicina, tanto en forma de rayos X como fuentes de radiación (gammagrafía para el diagnóstico y radioterapia para el tratamiento). El hallazgo lo realizó al experimentar con corrientes eléctricas en un tubo de rayos catódicos en un cuarto oscuro viendo un resplandor en un pequeño papel con cubierta fluorescente, a los cuales, por su extraño origen, los denominó rayos X (rayos incógnita). Roentgen argumentó que el impacto de los electrones con el cristal del tubo era el formador de este tipo de radiación que podía moverse hasta el platinocianuro de bario ubicado cerca del tubo. Tras observar que esta energía atravesaba el cartón negro, un libro y madera, él mismo llevó su descubrimiento a la Medicina realizando la primera observación de los huesos de la mano de su esposa radiográficamente.
  • En enero de 1896, elementos emisores de rayos X. Roentgen hizo público su descubrimiento a principios de 1896 junto a una radiografía de su mano, lo que inspiró al físico francés Antoine-Henri Becquerel la posibilidad de que algunas sustancias fluorescentes podrían emitir rayos X. El 24 de febrero informó de lo que más adelante se bautizaría como radiactividad, destacando la actividad mostrada en sus experimentos por los cristales empleados constituidos por sales de uranio, que posteriormente vio que eran activos sin ser expuestos a una fuente energética.
  • En julio de 1898 nace el término radiactivo. Otros elementos, como el polonio, el radio y el torio, descubiertos por el matrimonio formado por Pierre y Marie Curie, mostraron un comportamiento igual al del uranio, lo que llevó a esta pareja a denominar este fenómeno radiactividad. Fue en julio de 1898 cuando los Curie emplearon el término radiactivo al comunicar sus resultados sobre un nuevo elemento, el polonio, 300 veces más activo que el uranio y fruto del tratamiento químico de la pechblenda, a partir de la cual hallaron en diciembre el radio. El matrimonio, que sufrió sin saberlo dolencias por la exposición a la radiactividad en sus trabajos, compartió el premio Nobel de Física en 1903 con Becquerel.
  • En enero de 1896, posiblemente el primer tratamiento. Entre los distintos médicos que comenzaron a investigar cómo aplicar los rayos X a la Medicina está el estadounidense Emil Grubbe, que los administró a una mujer de 55 años con cáncer de mama recurrente inoperable. Este graduado en Medicina Homeopática por la Universidad de Hahnemann, en Filadelfia, se quemó la piel en sus experimentos con rayos X para hacerse radiografías a sí mismo y entre los profesores a los que consultó surgió la idea de que un agente físico que hacía tanto daño a las células y tejidos normales podría usarse como agente terapéutico contra aquello que se quiere eliminar. El 28 de enero a las diez de la mañana, se realizó lo que puede ser el primer tratamiento de radioterapia, suministrando a Rose Lee, rayos X durante una hora. Se repitió el tratamiento varias veces durante los 17 días siguientes.

A partir de esemomento, los tratamientos de radioterapia han ido evolucionando, tanto en lo que se refiere a la tecnología con la que se administran, como a la precisión y las diferentes técnicas que se usan en función de la ubicación y el tipo de tumor que se va a tratar. A lo largo de estos años, hemos pasado de las primitivas bombas de cobalto a los aceleradores lineales de nueva generación equipados con sistemas de navegación corporal, como nuestro TrueBeam STx con Tecnología Novalis.

Gracias a estos avances, hemos pasado de administrar tratamientos en los que era complicado medir la potencia de la radiación y en los que resultaban dañados tejidos sanos circundantes al tumor, a tratamientos con los más modernos equipos, en los que preservamos los tejidos sanos porque los márgenes de seguridad son inferiores a la décima de milímetro.