Hasta el 60% de los pacientes con cáncer va a necesitar recibir un tratamiento de radioterapia. Pero antes, según la Sociedad Americana de Oncología (ASCO, de sus siglas en inglés), “la mayoría necesita tiempo para asimilar su diagnóstico. Necesita tiempo para pensar sobre qué es lo importante en su vida y para obtener el apoyo de sus seres queridos. Es un momento emocionalmente difícil. Es natural experimentar sentimientos de incredulidad, impacto, miedo y enojo. Estos sentimientos utilizan una gran cantidad de energía mental y pueden, incluso, hacer más difícil asimilar y comprender toda la información proporcionada por el equipo de atención médica”.
Por todo ello es importante que los pacientes y sus familiares sepan, una vez asimilado el duro trance, qué es lo que deben preguntar a su equipo médico, máxime cuando van a recibir radioterapia. Cada paciente, en estos casos, como en los tratamientos de quimioterapia, van a someterse a un tratamiento totalmente individualizado y personalizado, se les va a hacer un tratamiento dentro del marco de la llamada “Oncología de Precisión”, término que indica que el tratamiento está diseñado de manera individualizada para el paciente según su constitución y viene determinado tras un conocimiento minucioso del tipo de tumor. Sin embargo, las primeras preguntas que pueden formular son:
- ¿Qué es la radioterapia?
- ¿Qué tipo de radioterapia se me va a administrar?
- ¿Quién va a controlar diariamente mi tratamiento?
- ¿El aparato con el que me van a tratar es moderno o antiguo?
- ¿Cómo afecta a las células cancerosas? Y ¿a las sanas?
- ¿El tratamiento duele?
- ¿Cuáles son los efectos secundarios?
- ¿Cuánto tiempo duran los efectos secundarios?
- ¿Cada cuanto tiempo tendré las sesiones de tratamiento?
- ¿Cuánto tiempo dura cada sesión?
- ¿Podré trabajar mientras la recibo?
- ¿Podré hacer una vida normal?
- ¿Qué síntomas debo consultar de forma inmediata?
