Cancer colorrectal

Introducción

El cáncer colorrectal es la neoplasia más frecuente del aparato digestivo. Se desarrolla con mayor frecuencia en el colon (alrededor de 70% de los casos) y con menor frecuencia en el recto (30%).

Es un cáncer que se puede prevenir y curar en un elevado porcentaje de casos si se diagnostica a tiempo. En la mayoría de los pacientes este tipo de tumor comienza a desarrollarse a partir de un pólipo que aunque inicialmente es una lesión benigna algunos subtipos pueden evolucionar hacia un cáncer de colon.

En iTAcC contamos con un equipo médico que posee una dilatada experiencia en la detección del cáncer de colon y tratamiento de tumores colorrectales, así como en su prevención y realización de consejo genético en las formas hereditarias de la enfermedad, como por ejemplo la poliposis adenomatosa familiar, el síndrome de Lynch (hereditario no asociado a poliposis) y el síndrome de Peutz-Jeghers.

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Factores de riesgo

Los principales factores de riesgo para el cáncer colorrectal son:

  • Edad: alrededor del 90% de los pacientes diagnosticados son mayores de 50 años.
  • Antecedentes familiares: El riesgo aumenta si existen casos de cáncer colorrectal o pólipos intestinales adenomatosos en algún miembro de la familia (especialmente los padres y hermanos).
  • Enfermedad inflamatoria intestinal: Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
  • Hábito tabáquico mayor de 35 paquetes/año
  • El consumo habitual de bebidas alcohólicas.
  • El sobrepeso y un estilo de vida sedentario se han asociado a un mayor riesgo de aparición de cáncer colorrectal.
  • Una dieta rica en grasas, especialmente animales, aumenta el riesgo, mientras que una dieta rica en frutas y verduras lo reduce.

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Tratamiento Cáncer de Colon:

Prevención primaria para el cáncer de colon

Considerada como la actuación ideal, se basa en la corrección de los factores de riesgo modificables (dieta, falta de actividad física, tabaquismo, alcohol…).

Prevención secundaria

Tiene mayor impacto, consiste en la eliminación de lesiones precancerosas (pólipos) que puedan preceder al desarrollo de un tumor al cabo de los años. En estas es de gran utilidad la detección y eliminación temprana de las mismas, por lo que recomendamos en los adultos mayores de 50 años, especialmente para los que tienen parientes directos diagnosticados de cáncer colorrectal, la realización de una colonoscopia. También se pueden realizar otras pruebas, con menor capacidad diagnóstica o preventiva, como la determinación seriada de sangre oculta en heces o la colonoscopia virtual.

Las personas que tienen antecedentes familiares (parientes de primer grado) deben prestar especial atención a la detección temprana del cáncer colorrectal. Las directrices internacionales actuales recomiendan que en estos casos debe realizarse la primera colonoscopia antes de los 40 años. Por desgracia, esta recomendación suele pasarse por alto en la mayor parte de la población, por lo que desde iTAcC recomendamos encarecidamente a todos los pacientes que presenten los factores de riesgo anteriormente mencionados que se sometan a los programas oportunos de detección precoz.

Cáncer de colon diagnóstico

El cáncer colorrectal suele seguir un curso clínico larvado, lo que dificulta su diagnóstico precoz. De hecho, hasta el 85% de los pacientes diagnosticados de cáncer colorrectal fuera del contexto de los programas de diagnóstico precoz presentan tumores que invaden toda la pared intestinal y/o afectan a los ganglios linfáticos.

Los ntomas que deben alertarle y por los que debería acudir a la consulta de un médico son:

  • Emisión de sangre roja o mezclada con las deposiciones. Aunque otras enfermedades benignas del recto y del ano pueden causar sangrado se debe hacer una colonoscopia ante este hallazgo.
  • El cambio de las características de las deposiciones o del hábito intestinal, bien hacia estreñimiento o hacia diarrea mantenida.
  • La presencia de dolor durante la defecación.

Pruebas diagnósticas

Las pruebas diagnósticas utilizadas en la actualidad son:

Colonoscopia

Es la prueba más importante en el diagnóstico del cáncer colorectal. Consiste en una inspección visual del recto y el colon mediante el uso de un tubo delgado y flexible con un diámetro de aproximadamente 1 cm que en su extremo tiene una cámara iluminada capaz de transmitir las imágenes del colon a una pantalla de televisión. Previamente a realizar la prueba es necesario efectuar un protocolo de limpieza intestinal. La prueba se puede realizar con sedación con lo que la incomodidad para el paciente es mínima. Permite la toma de biopsias o la extirpación de pólipos en el mismo acto (polipectomía).

Colonoscopia virtual

En los últimos años, la extraordinaria mejora en la sensibilidad de la tomografía computarizada (TAC) y el desarrollo de software dedicado al análisis de imágenes nos han permitido proponer esta técnica como una alternativa a la colonoscopia tradicional. Este examen puede ser especialmente beneficioso para las personas mayores y para aquellos que por cualquier razón no pueden someterse a una colonoscopia. En manos expertas es muy precisa, pero no permite realizar biopsias ni polipectomías.

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Pruebas de estadificación

Una vez obtenido un diagnóstico anatomopatológico de cáncer mediante biopsia es necesario conocer la extensión de la enfermedad en el organismo mediante otro protocolo de pruebas:

Tomografía computerizada (TAC)

Se realiza exploración del abdomen y el tórax para excluir la presencia de metástasis a distancia.

Resonancia magnética (RMN)

Nos permite reconocer con precisión la propagación de la enfermedad o la infiltración a través de la pared del cólon o recto, además de poder explorar la posible invasión de estructuras adyacentes (mesorrecto, vasos, ganglios linfáticos) y órganos pélvicos. Es un examen no invasivo que, ocasionalmente precisa el posicionamiento de una pequeña sonda en el recto para inyectar un tipo especial de contraste.

Ecografía endoscópica

La ecografía endorrectal consiste en la introducción a través del ano de una sonda ecográfica. Nos informa de la posible propagación del cáncer a través de las diversas capas de la pared intestinal, así como el estado de los ganglios linfáticos regionales.

Tratamiento para el cáncer colorrectal

El equipo médico de iTAcC considera que el mayor porcentaje de éxitos en los tratamientos se consigue con la realización de un tratamiento individualizado. Los tratamientos que realizamos se rigen por los parámetros de la oncología personalizada manteniendo contacto directo con todos los especialistas implicados para tomar la mejor decisión terapéutica en cada paciente diagnosticado de cáncer colorrectal, entre los que se incluyen cirujanos, especialistas en aparato digestivo, radiólogos, patológos, oncólogos radioterápicos y oncólogos médicos, genetistas, nutricionistas y psicólogos. Siendo además un comité abierto a la opinión de los profesionales de confianza del paciente.

Cirugía

La cirugía es el pilar fundamental del tratamiento del cáncer colorrectal. En la última década se ha desarrollado la cirugía laparoscópica que ha demostrado una mejora significativa en la recuperación postoperatoria (menos dolor, menos complicaciones, menor estancia hospitalaria), obteniendo unos resultados quirúrgicos excelentes.

En el caso concreto del cáncer de recto, en muchos pacientes es necesario completar el tratamiento quirúrgico con programas combinados de radioterapia y quimioterapia. Varios ensayos han demostrado que la administración de dichos tratamientos previamente a la cirugía consigue mejorar los resultados disminuyendo notablemente los efectos secundarios, mejorando de forma muy significativa la calidad de vida de los pacientes y permitiendo evitar la implantación de colostomía permanente en un elevado porcentaje de casos.

Quimioterapia

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Según el resultado del estudio de la pieza obtenida en la cirugía, se establece la indicación o no de realizar un tratamiento con quimioterapia postoperatoria. La finalidad de esta es eliminar la posible enfermedad microscópica y así reducir el riesgo de recurrencia del tumor.

En los casos en los que el tumor se encuentra diseminado en el hígado en el momento del diagnóstico, a menudo se administra quimioterapia, bien sola o asociada a nuevos fármacos biológicos o a radioterapia, con la intención de revertir o estabilizar las lesiones hepáticas para permitir una mejor escisión quirúrgica en aquellos pacientes en que sea posible realizarla.

La quimioterapia en combinación con nuevos fármacos biológicos también se utiliza en las etapas avanzadas de la enfermedad, en presencia de metástasis, con el objetivo de ralentizar la evolución de la enfermedad. Para determinar si los nuevos fármacos biológicos, que actúan de una manera diferente a la quimioterapia tradicional, son eficaces o no en un determinado paciente, se realizan estudios moleculares específicos sobre el material histológico obtenido por cirugía o biopsia. De hecho, numerosos estudios demuestran que las personas cuyo tumor tiene una mutación en un gen denominado KRAS tienen una menor respuesta a las nuevas terapias dirigidas. Con el análisis de la mutación de dicho gen se evita el uso de estos fármacos en aquellos pacientes que no se beneficiarían de su administración.

Por último, en el caso concreto del cáncer de recto, la quimioterapia se puede administrar a bajas dosis combinada con radioterapia, con la finalidad de que las células tumorales sean más radiosensibles, y de esta manera aumentar las posibilidades de respuesta al tratamiento con radioterapia.

Radioterapia

Como ya hemos mencionado previamente, la radioterapia tiene un papel fundamental en el tratamiento del cáncer de recto. Numerosas investigaciones han demostrado que la administración de radioterapia previamente a la cirugía aumenta de forma significativa las posibilidades de poder realizar una cirugía conservadora evitando la colostomía.

La radioterapia también puede llevarse a cabo después de la intervención quirúrgica con el fin de esterilizar y eliminar la posible enfermedad microscópica en la zona donde estaba el tumor antes de ser extirpado.

El tratamiento con radiación se asocia a menudo a quimioterapia para mejorar el efecto terapéutico mediante el aumento de la radiosensibilidad de las células tumorales, tanto en la modalidad preoperatoria como en la postoperatoria.

En iTAcC disponemos de la tecnología más avanzada y precisa para realizar tratamientos con radioterapia. Con el sistema TrueBeam STX © podemos llevar a cabo técnicas de arcoterapia dinámica (VMAT / RAPID-ARC) y de intensidad modulada (IMRT), guiadas por imagen (IGRT), lo que nos permite administrar el tratamiento prescrito con una exactitud submilimétrica.

Investigación

En iTAcC tenemos un gran interés por la investigación, dentro de exhaustivos protocolos clínicos, que permita encontrar nuevas terapias y mejorar las actuales, con el fin de aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes diagnosticados de cáncer colorrectal.

Seguimiento cáncer colorrectal

En iTAcC se dispone de los medios para efectuar el seguimiento y control de la evolución de los pacientes que han padecido un cáncer colorrectal con el fin de descartar la posibilidad de aparición de una recidiva de la enfermedad.

El seguimiento, como toda actividad oncológica en iTAcC, se hace de manera personalizada y con la cooperación, al ser una institución abierta, de los médicos que han intervenido en el diagnóstico y tratamiento de cada caso.

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