Cáncer de intestino - GIST

Introducción

Los GIST se originan por una mutación de las células de Cajal que se encuentran en el músculo liso del tubo digestivo

El equipo médico de iTAcC mantiene contacto directo con todos los especialistas implicados en tomar la mejor decisión terapéutica para el paciente diagnosticado de GIST

En iTAcC contamos con un equipo médico altamente especializado en el diagnóstico y tratamiento de los tumores del estroma gastrointestinal

Los tumores del estroma gastrointestinal (GIST) son neoplasias poco frecuentes del sistema digestivo que tienen origen en la pared del esófago, estómago o intestino. Estos tumores surgen a partir de una mutación en las células intersticiales de Cajal que se encuentran en el músculo liso del tracto gastrointestinal, las cuales son responsables del movimiento de contracción y ondas peristálticas de todo el tubo digestivo. Dicha mutación provoca una proliferación descontrolada que da lugar a la formación de una masa tumoral. Alrededor del 5 % de los casos no se relacionan con ninguna alteración específica del ADN, especialmente los que se producen en niños y los asociados a síndromes como la neurofibromatosis tipo I.

La edad de presentación más frecuente se sitúa entre los 55 y los 65 años, aunque hay casos excepcionales antes de los 40 años y esporádicamente pueden aparecer en niños. Afecta principalmente al sexo masculino.

En iTAcC contamos con un equipo médico altamente especializado en el diagnóstico y tratamiento de los tumores del estroma gastrointestinal. Todas las decisiones terapéuticas se llevan a cabo de forma multidisciplinar, con participación de especialistas en aparato digestivo (endoscopistas), cirujanos generales, radiólogos, patólogos, oncólogos radioterápicos y oncólogos médicos. A su vez, en iTAcC participan especialistas en nutrición y fisioterapeutas que suponen un gran apoyo al paciente durante y después del tratamiento. Todo esto proporciona las mejores garantías en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Diagnóstico

Los síntomas clínicos de los GIST suelen ser inespecíficos, ya que pueden aparecer dentro de varios trastornos del tracto gastrointestinal. Son tumores de consistencia blanda que no suelen entorpecer el tránsito del contenido intestinal ni la función de otros órganos; lo que quiere decir que no suelen alertar con sintomatología mientras permanecen en etapas iniciales.

El síntoma más frecuente es el dolor o las molestias abdominales, leves al inicio, pero que persisten y empeoran lentamente a lo largo de meses o, incluso, de años. Si el tumor se ulcera en el interior del intestino puede aparecer sangre en las heces o en los vómitos o, más frecuentemente, ocasionar anemia por la pérdida prolongada e inapreciable de pequeñas cantidades de sangre mezcladas con la deposición. En algunos casos, los primeros síntomas pueden depender de la aparición de metástasis en otros lugares del abdomen.

Las pruebas de diagnóstico más importantes son las siguientes:

  • Ecografía (US): es un método no invasivo, sin ninguna contraindicación, útil en la primera aproximación diagnóstica ante masas de grandes dimensiones.
  • Tomografía axial computerizada (TAC): genera imágenes detalladas en secciones transversales del cuerpo y es capaz de mostrar la localización y el tamaño del tumor, así como su posible diseminación a otros órganos o tejidos. En muchos casos se inyecta un contraste radiopaco que permite visualizar mejor las lesiones en el abdomen.
  • Resonancia magnética (RM): Esta técnica utiliza campos y ondas electromágnéticas para la obtención de imágenes que nos permiten diferenciar con gran exactitud las lesiones localizadas en el abdomen, pudiendo determinar su relación con otros órganos. Al igual que en la TAC, en muchas ocasiones se utiliza la inyección de contraste.
  • Endoscopia con eventual ecoendoscopia: es útil para evaluar la presencia y el grado de afectación local de la enfermedad.
  • Tomografía con emisión de positrones (PET): Mediante esta prueba podemos observar el grado de actividad metabólica de las lesiones tumorales.
  • Biopsia: Ante el hallazgo de una lesión sospechosa mediante las técnicas de imagen, es necesario tomar una muestra de la misma para obtener un diagnóstico histológico definitivo. Se realiza mediante la punción directa de la lesión guiada por ecografía o por TAC. Dicha muestra se analiza bajo el microscopio con la ayuda de tinciones capaces de detectar en las células la presencia de proteínas específicas (c-kit y CD34) características de los tumores estromales gastrointestinales, las cuales tiene gran importancia a la hora de plantear la estrategia terapéutica.

Tratamiento

El equipo médico de iTAcC mantiene contacto directo con todos los especialistas, anteriormente mencionados, que están implicados en tomar la mejor decisión terapéutica para el paciente diagnosticado de GIST.

En iTAcC tenemos como objetivo fundamental la realización de un tratamiento individualizado para obtener el mayor porcentaje de éxito en cada paciente.

Cirugía

La extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento principal para los GIST. Su objetivo fundamental es obtener el mejor porcentaje de control local de la enfermedad. Los tumores de pequeño tamaño se pueden intervenir mediante técnicas de cirugía laparoscópica. En los casos donde se observan tumores de gran tamaño adheridos a los órganos adyacentes, el cirujano puede realizar una intervención más radical mediante la eliminación parcial de los órganos afectados junto con el tumor primario.

Terapias dirigidas

En los GIST no se utiliza la quimioterapia convencional, la cual no ha demostrado eficacia. La expresión en las células tumorales de alguna alteración genética es la diana de las terapias moleculares específicas que permiten inhibir el crecimiento tumoral mediante el bloqueo de las vías de proliferación y diseminación del tumor. Los medicamentos que se utilizan actualmente son mesilato de imatinib, sunitinib y nilotinib.

Las indicaciones para la terapia molecular son la presencia de enfermedad metastásica y la enfermedad localmente avanzada con el fin de reducir la masa tumoral hasta un volumen suficiente para hacer posible la cirugía. En las formas más agresivas, la terapia molecular se utiliza actualmente de forma adyuvante (después de la cirugía) para prevenir la recaída de la enfermedad.

Radioterapia

En pacientes seleccionados se puede realizar el tratamiento selectivo de lesiones abdominales mediante la administración de radioterapia estereotáxica (SBRT) una técnica que permite tratar las lesiones con altas dosis de radiación en pocas sesiones de tratamiento.

Seguimiento

Después del tratamiento, el equipo multidisciplinario establece un plan de control personalizado de acuerdo a las necesidades de cada paciente y la biología de la enfermedad, para descartar o detectar precozmente una posible recidiva, efectuando un seguimiento basado en un control exhaustivo del tumor mediante pruebas de imagen y análisis de la función hepática.

El seguimiento, como toda actividad oncológica en iTAcC, se hace de manera personalizada y con la cooperación, al ser una institución abierta, de los médicos que han intervenido en el diagnóstico y tratamiento de cada caso.